– Consumo Responsable. Vota cada día con tu dinero.
– El perdón. Sólo cuando consigues reír de nuevo, has perdonado realmente.
– Sólo con quien te quiere puedes mostrarte débil sin provocar una reacción de fuerza.
– No existen malas personas, o son ignorantes o son inconscientes.
– Conflictos. La victoria crea odio, la derrota sufrimiento. Las personas sabias no persiguen ni lo uno ni lo otro.
1º. Percepción de la diferencia + 2º. Combustibilidad + 3º Abuso de poder = CONFLICTO.
– Lo que hacen los demás. Cada un@ sólo puede controlar sus propios actos.
– Nuestras opiniones: Cuando te permites pensar en función de tus prejuicios, inclinaciones e intereses personales, acaban manifestándose en formas que no eres capaz de percibir, y puedes hacer cosas malas sin darte cuenta siquiera de que las estás haciendo. Deberíamos sazonar nuestras opiniones con cierto grado de duda.
– «El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos». (M. Proust)
A través del lenguaje creamos el mundo. No describimos el mundo que vemos, sino que vemos el mundo que describimos. Así pues, debemos ir con infinito cuidado con las metáforas que empleamos para describirlo porque con ellas estamos creando nuestro mundo.
En nuestra cultura, la vida la vivimos como: una escalera, una competición, una guerra, un desgaste de energía, una lista de carpetas por cerrar… Y ante este análisis, muchas personas objetarán que la vivimos así porque la vida realmente es así. El gran reto es concienciarnos de que la vida no es así, sino que la vemos de esa manera. Si lográramos cambiar de metáfora, cuántos dolores de cabeza gratuitos nos ahorraríamos.
– El trabajador. Se puede comprar el trabajo de una persona, pero no su corazón, donde se encuentran su lealtad, su motivación y su entusiasmo.
– El egoísmo sano consiste en respetar las propias necesidades y sentimientos aunque los demás no lo hagan. Sobre todo si los demás no lo hacen.
Según parece, el Jesús de los cristianos estaba de acuerdo con el egoísmo sano. Dijo: «Ama al prójimo como a ti mismo». No dijo ama al prójimo más que a ti mismo ni menos que a ti mismo.